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Es Navidad: ¿estamos obligados a ser felices?

Cada año llega antes. Para unos la época del año más esperada, pero para otros la más odiada…: Luces, anuncios de perfumes, juguetes, gente que se muestra muy feliz (o lo aparenta), etc.

Pero… ¿estamos realmente obligados a entrar en esta corriente de “buenrollismo” consumista si en el fondo no nos sentimos bien? La respuesta es no.

“Tampoco es cuestión de convertirnos en el Grinch, ese personaje que odiaba las navidades con toda su alma… pero tenemos derecho a escucharnos y a actuar en consecuencia.”

Para la psicóloga Beatriz Romero, fundadora de Despertares Psicológicos, la Navidad también se suele asociar a la pérdida. A la pérdida de seres queridos; de salud; de ciertos momentos que no volveremos a vivir… Según nos cuenta, hay muchos motivos por los que podemos sentir rechazo a estas fiestas. Porque te toca trabajar, porque estás lejos de casa, porque simplemente no comulgas con lo que nos quieren vender como “Navidad”. Nada de esto es un problema grave en sí, pero combinado con la presión social, nos puede sumir en un leve estado depresivo.

Pasar unas navidades emocionalmente sanas

Está claro que el simple hecho de que exista la Navidad no significa que tengamos que vivir estas fechas sintiéndonos en la cúspide de la felicidad. A la vez, también resulta evidente que no podemos andar alimentando nuestras frustraciones por estar muy lejos del ideal “espíritu navideño”. Para la psicóloga, “en el equilibrio está la virtud”, como siempre; lo único que ocurre es que en esta festividad hay muchos elementos tradicionales y culturales con una fuerte carga emocional: las cenas en familia, los regalos, brindar por quién ya no está…

No sientas la obligación de participar en los eventos

Si hay cosas que realmente no te apetecen nada, pero hay una cierta presión social que te empuja a realizarla, corta por lo sano: anula los efectos de esa presión social comunicando a los demás, de manera asertiva, por qué no quieres participar en ciertas cosas. Si lo haces de una manera en la que quede claro tu punto de vista, es muy probable que lo entiendan, sobre todo si durante el resto del año tiendes a ser una persona que disfruta de participar en eventos sociales comparables.

Eso sí, en el caso de los eventos familiares, ten en cuenta que estos tienen una carga simbólica especial y que en los más importantes tu ausencia puede ser interpretada como una señal de que algo no va bien. El grado en el que logres “independizarte” de estas tradiciones depende de tu habilidad comunicativa.

Familia, bendita familia

Si eres de los que te fastidia reunirte con tu familia política. O ya estás cansado de las bromas pesadas del cuñado y, de aquí, tienes la aversión de sentarse en según qué mesa por Navidad, intenta darle la vuelta. Para la psicóloga, muchas veces lo pasamos más mal pensando en lo poco que nos apetece ir a tal reunión con familiares que no vemos nunca, que una vez allí, que tampoco ha sido para tanto. En cualquier caso, Beatriz Romero nos recomienda intentar buscar momentos para quedar con amistades que realmente nos hace ilusión ver e intentar fijar un encuentro siempre por navidad. Así, cuando pensemos en estas fechas señaladas tendremos encuentros que nos apetezcan que quitarán presión a los que no tanto…

Hazte un regalo

Nunca está de más aprovechar los días de Navidad para hacerte un pequeño obsequio, dado que en estas fechas hay muchas novedades que salen a la venta. Es una manera de darle la vuelta a una de las ideas de la Navidad; en vez de entrar en la lógica de la competición de regalos, inviertes en un recordatorio de que tu bienestar y tu autoestima también cuentan.

Siempre que no caigas en una espiral de consumismo y mantengas fija tu atención en el objetivo de darte un pequeño capricho, todo irá bien. Según Romero, cuanto más personal y significativo para ti sea un auto-regalo, más fácil será dejar aparcada la obsesión por comprar por el simple hecho de comprar.

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Ten un bonito recuerdo para los que faltan

Aprovecha para recordar a los seres queridos que ya no están, dado que probablemente tendrás recuerdos de navidades pasadas junto a ellas. Pero si eso te hace sentir mal, no te obligues a ello; cada cosa debe darse a su tiempo. ¡No conviertas la Navidad es un funeral!

No seas gruñón

Si pierdes demasiada energía expresando tu frustración por el concepto de la Navidad, tan solo harás que esta sea más importante en tu vida, aunque no del modo en el que te gustaría. Cada queja estará reforzando el pequeño ritual de dejar claro tu desagrado por estas fechas, el cual a la vez te mantendrá en ese malestar.

Y recuerda, el día 7 de enero está a la vuelta de la esquina

Según la fundadora de Despertares Psicológicos, la Navidad no deja de ser un conjunto de días; si ampliamos el foco, veremos que técnicamente son una época más del año, como cualquier otra. Es perfectamente posible que al finalizar la Noche de Reyes hayamos atravesado estas festividades sin apenas haberlo notado si hemos elegido no involucrarnos en la tradición. En todo caso, es importante no perder de vista la brevedad de la Navidad y su carácter simbólico y cultural.

Por cierto, ¿qué es un despertar psicológico?, le preguntamos a nuestra entrevistada. Muchas veces, cuando lo estamos pasando mal acabamos cronificando una mala experiencia y nos repetimos estoy mal, estoy mal, estoy mal y nos quejamos y cada vez más creamos más angustia y ansiedad. Un despertar psicológico es reconocer que hay un problema, que se puede pedir ayuda y nuestro malestar lo único que puede hacer es mejorar.

Y, ¿Despertares Psicológicos? Actualmente, es uno de los gabinetes de psicología más grandes de la comunidad de Madrid con más de 60 psicólogos y unas 25.000 consultas realizadas. El próximo año cumplirá 12 años y recientemente ha sido galardonado con el premio Dr. Fleming a la excelencia sanitaria.

Haciendo clic en el botón de abajo puedes agendar una primera consulta gratuita.

Y, ¿el nombre? Beatriz nos confiesa que se inspiró en la película “Despertares”, dirigida por Penny Marshal e interpretada por Robin Williams.

Nota: este artículo está basado en la publicación “Se acercan las navidades: ¿estamos obligados a ser felices?” escrita por la propia Beatriz Romero.