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Los alimentos afrodisíacos existen y… no son una leyenda como pensabas

El concepto de alimentos afrodisíacos ha fascinado a la humanidad durante siglos, vinculando ciertos alimentos con la capacidad de aumentar el deseo sexual y mejorar el rendimiento en la cama. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿son estos alimentos realmente capaces de estimular la libido, o es todo un mito arraigado en la tradición y la cultura?

El Mito de Afrodita y los Alimentos Afrodisíacos

El término “afrodisíaco” proviene de Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza. La mitología antigua atribuía propiedades estimulantes a ciertos alimentos, creyendo que consumirlos podría avivar la pasión y mejorar la función sexual. A lo largo de la historia, diversas culturas han asociado diferentes alimentos con el amor y la fertilidad.

La Edad Media europea dio lugar a la creencia en alimentos como el vino, las almendras y las especias como estimulantes del deseo. Los escritos de la época resaltan la importancia de estos manjares en los banquetes amorosos de la nobleza.

Nutrición y sexualidad

La ciencia moderna ha abordado la cuestión de los alimentos afrodisíacos desde una perspectiva más crítica pero nunca ha negado la evidencia. Blanca Galofré es una reconocida nutricionista especializada en Dietética Energética y Coaching Nutricional. Dirige la clínica HOMEDICAL en Barcelona, donde aplica métodos holísticos para tratar diferentes patologías. 

Desde 2004 colabora en el área de Dietética y Nutrición Ortomolecular en la Clínica Dermatológica Dra. Ana Jiménez (Tenerife) y en el centro in20minutes (Madrid). Blanca colabora en distintas revistas y asesora a empresas y personalidades de todo el país. Además, para realizar sus dietas colabora con chefs especializados en cocina energética y macrobiótica. Ha publicado libros relacionados con la nutrición como Operación Adelgazar, Método 3 y El Arte de cuidarse en las 5 estaciones, entre otros.

Para la nutricionista, la alimentación influye y, mucho, en la sexualidad. Afirma que los alimentos pueden alterar nuestras hormonas. “Para bien o para mal”.  Y nos advierte sobre nuestros hábitos alimenticios: procesados, refinados, conservantes y colorantes son disruptores endocrinos.

Disruptores endocrinos​

Los denominados disruptores endocrinos son en realidad toda una serie de sustancias químicas, no naturales, capaces de alterar el sistema hormonal del organismo humano y generar su disfunción. Lo que puede llegar a causar diferentes enfermedades relacionadas con la salud reproductiva de la mujer (cáncer de mama, infertilidad, pubertad precoz, etc.), trastornos de la función reproductora masculina (afecciones de próstata, pérdida de la calidad seminal, malformaciones congénitas del aparato reproductor), trastornos metabólicos (diabetes u obesidad), enfermedades neurológicas y un largo etcétera.

En el ámbito de la salud sexual, este tipo de alimentos tienen un impacto directo en la lívido tanto de hombres y mujeres. Y no sólo influyen en la falta de apetencia sexual, sino también en la calidad sexual: sequedad vaginal, menos vigor masculino…

Los disruptores no sólo los encontramos en ciertas comidas. Sino también en cosméticos e incluso en ciertos hábitos cómo por ejemplo el calentar la comida dentro de plásticos. 

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Comida afrodisíaca o “estimulante sexual”

Blanca Galofré nos señala algunos de los alimentos con más efectos afrodisíacos. Como las setas, las trufas, las ostras. Todos ellos influyen en la generación de la progesterona, en la mujer. También las crucíferas, perfectas en otoño e invierno: brócoli, los distintos tipos de col, semillas de sésamo

Como vigorizantes masculinos encontramos el ginseng, el ginseng rojo, el tribulus, la macandina. Pero también la miel, la jalea real, el polen de abeja… Sin olvidarnos tampoco de combinarlo con ejercicio físico: alta intensidad y fuerza en poco tiempo nos hace segregar el óxido nítrico, muy favorecedor en la función eyaculatoria del hombre.

La nutricionista también nos habló de bebidas y otros alimentos libidinosos llenos de controversia, como el alcohol que, con moderación, puede ser un buen desinhibidor, el chocolate negro por su aporte de magnesio y una parte de un principio activo llamado teobromina; el café también con mucha moderación. Y, por último, los huevos, generadores de inositol, un muy buen regulador de nuestro sistema nervioso. “Pero, ¡ojo! tienen que ser huevos ecológicos de corral. En el momento en que las gallinas se alimentan con piensos artificiales, la yema la transforman en grasa saturada y es entonces donde hablamos de colesterol”, explica.

El estrés, nuestro eterno enemigo

El estrés, de nuevo, se presenta como un factor determinante en el mantenimiento de los niveles de GABA en el organismo. El GABA, o ácido gamma-aminobutírico, es un aminoácido y neurotransmisor que regula la excitabilidad cerebral. Tal como afirma la nutricionista, “el estrés desequilibra nuestra homeostasis (la capacidad de nuestro cuerpo de mantener la estabilidad), tanto psíquica como física, y podría contribuir a disminuir nuestros niveles de GABA, así como las enfermedades crónicas o una mala alimentación”. Entre todos los alimentos que consumimos de manera habitual y están incluidos en nuestra dieta, existen algunos que pueden ayudar a aumentar los niveles de este neurotransmisor de forma natural. ¿Cuáles son?  El brócoli, la col, la soja, legumbres, el tomate, las espinacas, los champiñones, las avellanas, las semillas de girasol o la valeriana y la pasiflora.

Salud, salud y más salud

La conexión emocional, la comunicación y el cuidado general del bienestar son aspectos fundamentales de una vida sexual saludable y satisfactoria. Llevar una vida sin estrés y con una alimentación saludable y equilibrada son la clave para que después todo fluya y funcione en nuestra vida sexual.